Plumas

Este pato mudo fue encontrado por la policía en la capital de la Isla y fue llevado a un refugio de animales, los cuales nos llamaron. Plumas al principio tenía mucho miedo, posiblemente debido a sus vivencias anteriores a encontrarlo. Ahora vive en el Santuario y comparte espacio con Dora y Teresa, sus dos amores patitos.

Dora

Dora apareció en el techo de una casa, allí permaneció durante varios días y no se bajaba, fue cuando la propietaria nos llamó y fuimos a recogerla. Es una pata un poco tímida y le encanta darse unos baños largos en la piscina.

Teresa

Teresa tiene una historia similar a Dora, apareció por fuera de una casa y sus propietarios nos llamaron. Posiblemente apareciese allí un poco perdida después de haber estado volando un tiempo.

Rosita

La historia de Rosita es para escribir un libro de anécdotas, ella apareció en una playa de Tenerife y una vecina nos llamó. Al parecer llevaba en ese sitio dos años, alimentándose de restos y de agua salada, completamente sola.

Estuvimos un mes para poder cogerla, pues cada vez que nos veía se iba volando al mar. Hasta que un buen día, un grupo de niños/as que iban con sus monitores en una lancha nos ayudaron a capturarla.

Los patos no deben estar en el mar, tampoco deben vivir solos y por supuesto, deben comer todos los días.


Lucrecia

Lucrecia es una bonita pata de raza muda (Moskovita) que fue encontrada en la autopista esquivando los coches. Unas personas que la vieron, llamaron a un santuario y ellos nos avisaron a nosotros para acogerla.

Como el resto de sus compañeras, es una pata muy tímida.


Daisy

Daisy fue recogida cuando era un bebé, junto con su hermano Donald, ambos venían de una finca en donde los patos se reproducían sin control. Estaban buscando hogar para 16 patitos y recogimos a dos. En aquel momento no teníamos el Santuario creado.

Donald es el pato macho más grande del Santuario. Es un animal muy sociable que se acerca para que lo acaricies. Él, junto con su hermana Daisy, llegó a manos de los fundadores del Santuario cuando eran muy pequeños.

Donald

Diana

Diana apareció abandonada en una finca de plátanos. Una persona que paseaba la vio y nos llamó para rescatarla. Cuando la encontramos estaba en muy mal estado y al llevarla al veterinario descubrimos que tiene una lesión en la pata que hace que cojee.

Aunque se llame Diana, también nos pasó como otras aves del Santuario, pensábamos que era hembra en la recogida y fue creciendo hasta llegar a ser macho.

Es el pato más pequeño del Santuario. Fue encontrado esquivando los coches en una carretera y por suerte que unos trabajadores de una gasolinera lo recogieron y lo llevaron a un veterinario, desde donde nos llamaron.

Es un pato muy activo que le encanta disfrutar bañándose en la piscina.

Pumuki